Tiempo de escribir: 9 relojes para 9 escritores

Amor por los relojes y por las letras: propongo diez relojes que me parecen perfectos para diez autores inolvidables.

Cuando tenía 16 años, supe con claridad que quería ser escritor. Ya había trabajado algunas obras de teatro, varios cuentos, y estaba en proceso de una novela. Gané un premio literario, y en casa de mis padres no dejaba de sonar el taca-taca de mi máquina de escribir.

Curiosamente, sí terminé siendo escritor: he publicado siete libros sobre fotografía y estoy por lanzar el octavo. Incluso terminé una novela que empecé en 1997, aunque no estoy seguro de que sea buena. Quienes la han leído no me han dicho nada. Tal vez no les gustó, o no la entendieron, o no quisieron herirme. O quizás, simplemente, escribí basura. No lo sé. Pero conozco, de una forma u otra, las penurias del oficio.

Y ser escritor implica, entre muchas otras cosas, atravesar momentos difíciles. Algunos, como Stephen King, terminan siendo millonarios. Pero no es lo común. Y aún así, antes de que le publicaran Carrie se las vio negras.

Ahora bien, existen relojes para casi todos los oficios: soldados, pilotos, buzos… incluso para millonarios. Pero rara vez se asocia a los escritores con un reloj en particular. Aun así, ¿qué reloj usaría un escritor? Probablemente uno modesto, no por gusto, sino por necesidad —especialmente en los momentos más duros—, aunque también por una cuestión de pragmatismo. Quiero pensar que un escritor suele estar más concentrado en escribir que en preocuparse por lo que lleva en la muñeca. Así que, muy posiblemente, el reloj que use sea un regalo de alguien que lo conoce bien, pero que tampoco podía gastar demasiado.

Entonces, ¿qué reloj usarían algunos escritores? Desde luego, tendría que costar menos de 1,000 dólares, y acompañar —o incluso complementar— su estilo de vida y, ¿por qué no?, de escritura. ¿Qué reloj le regalaría yo a cada uno? Aquí va mi lista:


Ernest Hemingway (1899–1961)

Obras clave: El viejo y el mar, Por quién doblan las campanas, Fiesta (The Sun Also Rises)
Perfil: Directo, viril, lacónico. Su vida fue una mezcla de aventuras y silencios.

Hamilton Khaki Field Mechanical 38 mm – $625 USD

Por qué este reloj: Militar, sobrio, de cuerda manual. Para escribir desde la guerra o desde la barra de un bar. O en la barra de un bar durante la guerra.

El Hamilton Khaki Field Mechanical no solo acompaña a Hemingway: lo encarna. Es un reloj de cuerda, como sus frases: tensas, breves, sin adornos. Su estética militar refleja el temperamento de un hombre que escribió desde trincheras reales y emocionales. Como su prosa, no presume. Es confiable, austero, y parece hecho para resistir tanto el barro de un frente como la resaca del día siguiente. Así como Hemingway desconfiaba de lo innecesario, este reloj marca el tiempo sin distracciones, con la brutal belleza de lo esencial.


Gabriel García Márquez (1927–2014)

Obras clave: Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte anunciada
Perfil: Poeta de la realidad latinoamericana. Convirtió Macondo en el universo.

Seiko Presage «Style60’s» – $450 USD

Por qué este reloj: Cálido, narrativo, nostálgico. Como sus historias: transforma lo cotidiano en mito. Práctico y sencillo.

El Seiko Presage «Style60’s» no es solo un reloj para García Márquez: es una cápsula del tiempo donde habita Macondo. Sus líneas evocan otra época, como sus novelas, que transcurren entre la historia y la leyenda, lo real y lo imposible. La nostalgia que emana de su diseño conecta con el recuerdo como materia prima de la literatura garciamarquiana. Como sus personajes —flotando entre amores imposibles, lluvias eternas y estirpes condenadas— este reloj vive en un tiempo propio, íntimo, donde el detalle más pequeño puede convertirse en destino. Es, como su prosa, un artefacto que convierte lo cotidiano en eterno.


Juan Rulfo (1917–1986)

Obras clave: Pedro Páramo, El llano en llamas, El gallo de oro
Perfil: El gran silencioso de la literatura mexicana. Breve, hondo, eterno.

Orient Bambino Versión 2, correa de cuero – $150 USD

Por qué este reloj: Formal, discreto, de elegancia austera. Como Rulfo.

El Orient Bambino Versión 2 no es solo un reloj que Juan Rulfo podría llevar; es la metáfora exacta de su literatura. Sencillo por fuera, pero con una maquinaria precisa y profunda, como sus cuentos: pocos, pero demoledores. Su diseño clásico, sin estridencias, refleja esa forma de escribir que no necesita alzar la voz para dejar una herida. Como los silencios en Pedro Páramo, este reloj dice más con lo que calla que con lo que muestra. Es un objeto que parece detenido en el tiempo, como Comala, donde lo visible apenas sugiere lo que realmente está ocurriendo debajo.


Mario Vargas Llosa (1936– 2025)

Obras clave: La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral, La fiesta del Chivo
Perfil: Narrador lúcido de lo político y lo humano. Orden, estructura, memoria crítica.

Tissot Visodate Heritage – $650 USD


Por qué este reloj: Clásico, serio, con estilo de gabinete. Ideal para quien escribe como si redactara historia.

El Tissot Visodate Heritage no solo marca la hora para Vargas Llosa: marca la claridad del pensamiento y el rigor de la forma. Su diseño sobrio y elegante habla del respeto por la estructura, por la lógica interna de una narración que no admite distracciones. Como sus novelas, el reloj no improvisa: se construye con precisión suiza, como se construye una frase bien medida. Es un artefacto para quien concibe la escritura como disciplina y combate, como quien ordena el caos del mundo en capítulos. En su carátula se refleja el tiempo de la historia, pero también el tiempo moral del escritor.


Octavio Paz (1914–1998)

Obras clave: El laberinto de la soledad, Piedra de sol, El arco y la lira

Perfil: Poeta, ensayista, diplomático. La poesía como filosofía y forma de vida.

Junghans Max Bill Automatic – $875 USD

Por qué este reloj: Bauhaus puro. Poesía hecha objeto. Limpio, simbólico, sin ruido.

El Junghans Max Bill Automatic no es solo un reloj para Octavio Paz: es un manifiesto visual de su poética. Diseñado bajo los principios de la Bauhaus, su forma sigue a la función, como en los versos de Piedra de sol, donde el ritmo y el espacio crean sentido. La pureza de sus líneas, la geometría silenciosa de su carátula, evocan la búsqueda de una esencia: lo que queda cuando todo lo superfluo ha sido destilado. Como Paz, este reloj conjuga el pensamiento y la belleza, el instante y la eternidad. No da la hora: la sugiere con la misma delicadeza con la que un poema sugiere un abismo.


Stephen King (1947– )

Obras clave: El resplandor, It, Misery
Perfil: El narrador popular por excelencia. Incansable, prolífico, cercano.

Timex Expedition Scout 40 – $70 USD

Por qué este reloj: Resistente, sencillo, incansable. Como él: escribe todos los días, pase lo que pase. No presume, pero nunca falla.

El Timex Expedition Scout 40 no es solo un reloj funcional para Stephen King: es el emblema de una ética implacable de trabajo. Rústico, durable, sin lujos: representa al escritor que no espera inspiración, sino que se sienta cada día a escribir aunque sea entre monstruos, dolores de espalda o apagones de fe. Como sus historias, el reloj está hecho para resistir, para avanzar en la oscuridad. No llama la atención, pero siempre está ahí, marcando el paso de una mente que no se detiene. Es el tipo de reloj que sobrevive a los terrores de Derry y al bloqueo creativo. Un reloj que, como su autor, no necesita glamour para ser indispensable.


Raymond Carver (1938–1988)

Obras clave: De qué hablamos cuando hablamos de amor, Catedral, Quieres hacer el favor de callarte, por favor
Perfil: Minimalista del dolor cotidiano. El drama de los días comunes.

Casio F91W – $15 USD

Por qué este reloj: Barato, confiable, siempre en marcha. Si se pierde o arruina en una noche de excesos, se reemplaza sin drama.

El Casio F91W no adorna la muñeca de Carver: la acompaña con la misma discreción con la que él narra una vida al borde. Es un reloj que no busca ser visto, pero está presente, como el silencio entre dos líneas de diálogo que lo dicen todo. Su plástico delgado y su luz azulada a medio morir podrían haber estado en la mesita de noche de cualquier personaje suyo, marcando las horas entre un empleo que se pierde y un amor que se desmorona. Más que un accesorio, es un testigo mudo del desgaste diario: económico, directo, y tan preciso como una frase bien cortada.


F. Scott Fitzgerald (1896–1940)

Obras clave: El gran Gatsby, Suave es la noche, El curioso caso de Benjamin Button
Perfil: El príncipe triste de la era del jazz. Brillante, trágico, poético.

Seiko Presage SRPB41 «Cocktail Time» – $450 USD

Por qué este reloj: Azul, sofisticado. Como una fiesta, de esas que organizaba Jay Gatsby, que ya terminó.

El Seiko Presage «Cocktail Time» no es solo un reloj para Fitzgerald: es un destello atrapado en el cristal de una copa rota. Su esfera azul profundo recuerda las noches interminables del jazz, las promesas brillantes que se disuelven al amanecer. Es un reloj hermoso, pero ligeramente melancólico, como si supiera que toda elegancia es también preludio de caída. Podría haber brillado en la muñeca de Gatsby mientras esperaba una llamada que nunca llegó. No marca la hora: marca el instante en que lo efímero se vuelve eterno, y el lujo revela su alma trágica.


Jack Kerouac (1922–1969)

Obras clave: En el camino, Los vagabundos del Dharma, Visiones de Cody
Perfil: Beatnik, improvisador, viajero espiritual. La prosa como viaje.


Bulova Hack 38mm 96A259 Special Edition Field Watch -$425


Por qué este reloj: Barato, sencillo, confiable. Listo para el camino.

El Bulova Hack 38mm no es solo un reloj que Kerouac usaría: es un compañero de ruta, como una libreta arrugada o un café frío en una estación olvidada. Diseñado para soportar el movimiento, su función de «hackeo» —detener el segundero para sincronizar— parece hecha para un escritor que vivía desincronizado del mundo, pero en sintonía con su propio pulso interno. No necesita lujos: solo fiabilidad y silencio, para perderse por la carretera sin perderse del todo. Este reloj no mide el tiempo exacto, sino el tiempo vivido: cada segundo como una nota de jazz libre, urgente, irrepetible.


Conclusión: Elegir un Reloj, Como Elegir una Voz

Un buen reloj no solo acompaña mientras se escribe: puede marcar el inicio del ritual. Recordarnos que el Cronos aguarda para devorarnos, cual Saturnos. Y, por qué no, hacernos sentir parte de una tradición: la de quienes viven por y para la palabra.

¿Cuál llevarías tú al escribir tu próxima historia? Mientras escribo esto, estoy esperando que me llegue un Bambino Versión 2. Cualquier similitud o afinidad con lo aquí escrito es mera coincidencia. O no.

Posted in

Deja un comentario